La Universidad Autónoma de Madrid concluyó que algunas piedras dibujadas arrojaban una antigüedad de entre 60.000 a 100.000 años, que sería la época en que surgió la especie Homo Sapiens.
Entre los grabados se pueden ver, en 205 de estas piedras, el ciclo reproductivo completo de un pez primitivo sin maxilares que desapareció hace unos 200 millones de años. En otras se aprecian imágenes de transfusiones de sangre de mujer embarazada e incluso trasplante de órganos (riñones, corazón).
Hay una que muestra una aplicación de anestesia por gas en una operación de cesárea; otras que muestran, por inverosímil que parezca, trasplante de hemisferios cerebrales, el uso de energía electromagnética, pirámides, viajes por el espacio, hombres que miran las estrellas con catalejos, que miran unos petroglifos o fósiles con lupas, mapas estelares, mapas de la Tierra tal como era hace 13 millones de años.
En otras piedras se aprecian 13 constelaciones, las ya tradicionales y una extraordinaria que es la constelación de las Pléyades. Estas 13 constelaciones corresponden al Zodíaco Babilonio que usaba esta forma de registrar el paso de nuestro planeta por la bóveda celeste. En la actualidad, las Pléyades está incluidas en la Constelación de Tauro.